jueves, 1 de octubre de 2009

Viaje

Y de pronto me encontraba sentada en el auto
mirando por la ventana sin observar a nadie.
En mi mano derecha el celular cargado,
herencia de mi hermano,
y la izquierda apoyada sobre la pierna de ese mismo lado.




Frío a pesar de la primavera,
la bufanda rodeando mi cuello tantas veces tuyo
escozor intenso causado por el recuerdo.

Miro por el retrovisor y me diviso levemente despeinada,
que raro me digo, siempre ando super despeinada, y sonrío.

La timidez y la pena las llevo por dentro
abro un libro y me concentro pero no en lo que leo
sino en tus momentos.
Me desconcentro, miro por la ventana
y ahora sí observo,
las calles vacías, la tristeza plasmada en un rostro;
la alegría en otros, la esperanza en algunos pocos.
De pronto alguien deja de apoyarse en mi hombro,
abre los ojos, no puedo dejar de mirarlo.
La sonrisa que creí perdida se refleja en tu rostro,
me das un beso,
el frágil corazón se recobra
y la modorra desaparece de mi.
¿Ya llegamos?,
sí amor, ya llegamos.

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