lunes, 29 de octubre de 2012

Olvídame tú

Una vez más ese sentimiento se hace presente,
la angustia, la indiferencia, el dolor,
sí, son sabores que reconozco de un tiempo no muy lejano
pero como si fuera parte de mi destino me toca revivirlo,
en otra cara, en otro perfume, en otro cuerpo, en otro momento.

De haberlo sabido creeme si te digo, que no me hubiera involucrado contigo,
aunque pretendas ahora echarme la culpa de nuestros problemas, tú y yo lo sabemos,
eres otra persona,
eres otra esencia, eres otro mirar y hasta otro caminar.
No es que el cambio sea sumamente notorio,
pero suficiente, tal vez, como para ir matando mis ilusiones,
mis sueños contigo,
el ideal de compañero te va quedando grande,
ya no sueño con compartir mi vida contigo.

Sí, sí, podrás decir lo que quieras,
ni siquiera espero que me detengas, es más
y hasta apreciaría que no vinieras con más mentiras que de esas ya tengo suficientes.
Por un momento, al menos por tan solo un momento, déjame olvidarte como lo vienes haciendo,
así de lado a lado, de espacio en espacio, dejame irme de tu lado,
ir respirando otros aromas, descubrir nuevas historias,
encontrar un complemento, hacer vibrar otro cuerpo.

No, ya no sueño con que esto siquiera te traiga de vuelta conmigo,
ni nos veo amandonos en silencio, uniendonos en cuerpo;
pensándolo bien, ni siquiera creo que me extrañes...
recuerdame, así, en tu oscuridad y soledad de tu noche,
mis abrazos intensos, el amor desinteresado,
el beso en tu vientre que un día soñé llevaría vida, la nuestra.
Olvida lo nuestro pero al menos devuelveme ese beso,
cada beso en el que fui amando tu cuerpo, tu alma, tus latidos...
no, a veces creo que nada de eso mereces, ni el respeto, ni el tiempo,
no, ni siquiera mi tiempo.

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