Saber de ti me alegra,
no me enloquece precisamente,
pero me alegra.
Es inútil mentirte
y aunque a la cara jamás te lo haya dicho
me haces mucha falta.
Dime cómo hago para olvidarte,
he tratado por todos los medios de arrancarte
de ver lo negativo en ti
pero por mucho que lo intento
no recuerdo tus defectos.
Siento tus latidos en mi pecho
y con los ojos cerrados te veo claramente,
tu rostro alumbrado por la luna
que linda noche aquella donde te tuve
cerca de mi,
los deseos de abrazarte
de envolverme en tu cuerpo
se apoderaron de mi,
sin embargo me quede allí,
contemplado lo que es inalcanzable,
mirandote como se mira lo que nunca pertenecerá
y amandote en secreto,
calladamente para no despertarte.
He gritado para mis adentros en todo este tiempo,
he agitado mis alas tratando de posar en tu pecho,
nunca pude expresarte mis sueños ni acercarme a ti, de nuevo...
nunca más.
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