Decidí dejar de lado los recuerdos
la soledad de tus encuentros.
Decidí soltar tus manos
y marcharme como llegaste hace un año.
Me arme de valor para no añorar tu presencia
y tú supiste ayudarme en estos momentos.
Me quitaste la venda de los ojos,
arrojaste el querer
y te envolviste en otro ser.
Dos extraños más somos al vernos
en dos extraños nos hemos convertido con el paso del tiempo.
Tu ausencia me da frío y
echo de menos tu abrigo,
los sentimientos entre tus brazos
el deseo prohibido, la mayor parte del tiempo,
que fuimos postergando para otro momento.
Ya no te miro detenidamente,
el disimulo siempre fue lo mejor contigo,
si soy directa atacas lo que digo; dueles con tus palabras y
enloqueces en tus actos.
Directamente son tus ojos que resaltan tu palidez;
vanidad en tu manera de andar y actuar;
arrogancia en tu mirar;
el querer que aún hay y formó
tu cicatriz en mi.
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