Las luces de la ciudad no me dejaron dormir.
Tomé una manta y me arropé todo el rostro,
mis ojos mirando la oscuridad
abiertos o cerrados no encontraban diferencia,
no necesitaba mirar a ningún lado tan solo meditar,
dejar el tiempo pasar, meditar y simplemente desear
que las imágenes de mi mente un día espero se alejen
y nuevos recuerdos de aquí en adelante me llenen.
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