Cierro los ojos aunque es de dia
y siento la noche iluminandonos.
Alli estas tú, caminando de lado a lado;
No decimos nada, no, no decimos palabras.
Te acercas a mi sonriendo, esperando un beso de respuesta, que te aprisione entre mis brazos y asi lo hago.
En la azotea, entre la ropa tendida nos vamos besando, poco en poco nos fuimos amando.
Las ropas sobraban, el calor nos abrasaba
Los labios quemaban y eso no importaba,
Te fui amando en cada beso,
Te sigo amando en el recuerdo.
La noche nos siguio iluminando mientras mi ropa se impregnó de tu aroma.
No podia detenerme, no querias detenerme,
Cuerpos humedos fueron los nuestros,
Mis manos desnudandote, mi boca recorriendote y fui a posar alli, a ese monte de sutiles y humedecidos vellos, donde me entregaste el alma en cada gemido y yo te di mi vida, con cada respiro, sin importar que fuera la azotea.
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